Experiencia: arte y derechos humanos (2005 – 2006) proyecto piloto que fue coordinado desde la entonces Unidad de Salud, Sexualidad y Desarrollo Humano (Hoy, Centro de Investigación Interdisciplinaria en Sexualidad, Sida y Sociedad) de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (Lima, PERÚ), y apoyado por la Fundación HIVOS (Holanda), tuvo como finalidad evaluar el potencial del arte como un instrumento de desarrollo de acciones para enfrentar el estigma y discriminación relacionados al VIH/sida así como a la diversidad sexual .
Este proyecto surgió como respuesta a realidades y situaciones observadas desde los estudios que se realizaron en años previos (desde el 1,999) en la Unidad de Salud, Sexualidad y Desarrollo Humano y como requerimiento de artistas y comunicadores integrantes del equipo de la Unidad de combinar esfuerzos para crear respuestas innovadoras, vinculadas a la comunicación y el arte, para luchar contra situaciones de estigma y discriminación especialmente dirigidas a comunidades de personas viviendo con VIH y comunidades LGBT. Y es que el estigma asociado al VIH/sida y la diversidad sexual han conducido a la vulneración y violación de derechos humanos de las personas integrantes de estas comunidades. La marginalización y la exclusión social vinculadas al VIH/Sida y las sexualidades diversas están relacionadas con prejuicios firmemente enraizados que difícilmente pueden ser confrontados en términos racionales por eso es que nace la inquietud de utilizar el arte, ya que este, y particularmente desde algunas de sus manifestaciones, puede tener la posibilidad de desafiar los prejuicios que sostienen estas respuestas sociales negativas.
Este proyecto creó un espacio de articulación entre investigadores, activistas, artistas y miembros de comunidades afectadas, a fin de desarrollar intervenciones que se centren en informar, cuestionar y hacer frente al estigma que rodea el VIH/Sida y las vivencias alternativas de la sexualidad.
El impacto del trabajo fue monitoreado y evaluado para identificar su potencial y para que sirva de base de futuras intervenciones.
Conducir la colaboración entre artistas, comunidades afectadas por el estigma, y profesionales e investigadores en salud, para el desarrollo e implementación de dos intervenciones (la primera en relación con el VIH/Sida, y la segunda en torno a las formas alternativas de vivir la sexualidad) de creación colectiva. Estimar el impacto de estas dos intervenciones, para identificar lecciones de importancia a considerar en futuras producciones de mayor escala. Interactuar con los artistas en un proceso participativo, para permitirles procesar su experiencia y establecer opciones para el diseño de la intervención.
Desde el origen de la epidemia, el estigma asociado al VIH/sida ha conducido a la discriminación y violación de los derechos humanos, causando sufrimiento a las personas viviendo con VIH, sus familias y comunidades. El estigma relacionado al VIH/sida se vincula a mitos, miedos y prejuicios sobre el contagio, el sexo y la muerte. La marginalización y exclusión social, los cuales contribuyen y derivan del estigma vinculado al VIH/sida, están relacionadas con dichas creencias fuertemente enraizadas y prejuicios que originan respuestas sociales negativas.
La epidemia del VIH ha estado asociada, desde muy temprano, a un estigma severo, descrito por Susan Sontag en“El Sida y sus Metáforas” (2003). Por sus dimensiones y su mayor presencia en personas jóvenes, incluyendo amplios sectores de la comunidad gay en América del Norte y Europa, el sida motivó una respuesta cultural sin precedentes, recogida tempranamente en el ya célebre volumen editado por Douglas Crimp en 1988 (SIDA: Análisis Cultural, Activismo Cultural). Y es que el arte puede ser una forma de expresión directa y confrontacional, y por ello se le ha utilizado para desafiar los prejuicios y paradigmas que sostienen respuestas sociales negativas, como el estigma y la discriminación.
“Las emociones son los motores de la acción colectiva”. Esta frase del sociólogo Manuel Castells resume, para nosotros, lo que significa el activismo cultural. Allí, arte y activismo dejan de constituir categorías fijas para transformarse en espacios convergentes .
El Estado y sus instituciones son incapaces de reconocer derechos culturales a los diferentes movimientos sociales y de reconocer la heterogeneidad y la diferencia; de esta manera éstos se ven forzados a visibilizarse utilizando el arte como herramienta para exigir el reconocimiento de su diferencia. Esta práctica es denominada “Arte en acción”, “performance” o “Artivismo” (Mouffe, 2013), e incorpora expresiones culturales, creatividad y memoria. El activismo cultural expresa la confrontación política fuera de los espacios tradicionales, para llevarla a la calle, a las plazas o cualquier otro espacio público. El dominio de la cultura juega un papel crucial en la política porque se trata del lugar donde se construyen las representaciones y las subjetividades capaces de cuestionar el orden hegemónico actual. En este juego de representaciones y subjetividades el activismo cultural logra unir a quien lo produce, a quien lo actúa y a quien es interpelado, exigiendo a este último a tomar posición. Tomando las propias palabras de Diana Taylor (Directora del Instituto Hemisférico de Performance y Política) en el activismo cultural, los cuerpos van a comunicar más que una experiencia visual, van a compartir una energía “que desarrolla sentimientos solidarios, de compasión, de in-corporación y de rebeldía”.
Esta colección surgió de la inquietud de algunos artistas de querer colaborar y ser parte de la acción Vivo con VIH, y debido al apoyo generoso y desinteresado de artistas plásticos y visuales es que esta colección ha ido aumentando día a día. Ellas y ellos han intervenido las camisetas en sus talleres haciéndolas piezas de arte para manifestar su compromiso y simbólicamente “ponerse la camiseta” convirtiéndose en parte del equipo de personas que luchamos contra el estigma y la discriminación, y por el respeto de los derechos humanos de todos y todas.
La creación de esta intervención involucró cinco meses de trabajo (junio a noviembre de 2006). En este período, como parte del proceso creativo, tuvieron lugar las siguientes acciones:
Para conocer la situación de los niños que viven con VIH, el equipo realizó un taller de pintura de varios meses de duración con los niños de la Posadita del Buen Pastor, hogar que acoge a niños y niñas viviendo con VIH, huérfanos muchos de ellos, cuyos padres fallecieron debido a complicaciones relacionadas con el sida.
Conociendo entonces los signos culturales del VIH y al estar éste presente en la sociedad silenciosamente o evidentemente como marca, como enfermedad y como experiencia de grupos comunitarios específicos, concluimos que todos vivimos con VIH, como un mensaje inclusivo y solidario y en contra del estigma y la discriminación.
El proceso, en cada uno de sus pasos, fue acompañado por la asesoría y apoyo de representantes de organizaciones de personas viviendo con VIH (PVVS) y Grupos de Ayuda Mutua (GAMs), integrados por PVVS que se organizan para darse apoyo y asesoría y que trabajan mayormente en hospitales. Todas las acciones y decisiones fueron compartidas y las sugerencias y recomendaciones fueron tomadas en cuenta para la construcción de la intervención Vivo con VIH.
El equipo creativo decidió utilizar una camiseta con el sello VIH impresa en el pecho, para que simbolizara el estigma. Esta camiseta se la iba a poner toda persona que quisiera ser parte de la acción. Esta marca debía luego ser transformada con pintura, dando lugar a las palabras como VIVO, VIDA, VIVIR, VIVIMOS, o cualquier otra que tuviera una connotación positiva que resaltara por encima del VIH y que restituyera la dignidad de quienes viven con el VIH. El VIH está siempre allí pero ahora se ve con otros ojos, una persona que vive con VIH es un ser que VIVE, un/a ciudadano/a con derechos.
Se decidió realizar la intervención en hospitales de Lima y Callao, donde se concentraba el 80% de los casos del país y donde había evidencias de casos de discriminación hacia personas que viven con VIH. Las visitas a los hospitales y las conversaciones con personas viviendo con VIH nos llevaron a tomar conciencia de esta situación. En un principio pensamos realizar la acción con el público visitante del hospital, pero luego decidimos realizarlas sólo con proveedores y con el personal de salud y también el personal de seguridad de estos establecimientos (las personas que atienden o tienen relación directa con las PVVS).
La acción consistía en que el personal de salud “viva” el VIH al colocarse la camiseta (con todas las connotaciones y significados simbólicos que esto implicaba) y luego que esta sea “intervenida” por los artistas y colaboradores que participaban en las visitas a los hospitales. Esta intervención/pintado de las camisetas evidenciaba el cambio de punto de vista hacia el VIH: de un sello discriminatorio a una reafirmación de la vida, poniendo a todos dentro de un mismo equipo, en tanto todos se comprometían a atender a sus pacientes “con la camiseta puesta” (aludiendo a metáforas deportivas con mucho poder simbólico en nuestra sociedad). El acto terminaba recordándole al portador de la camiseta que de ahora en adelante éramos parte de un mismo equipo: del equipo de personas que lucha contra el estigma y la discriminación y que está comprometido con los derechos de todos y todas. La intervención concluía con un abrazo fraterno.
Ponerse la camiseta y ser parte de la acción Vivo con VIH, materializa la transformación de un diagnóstico, que se visibiliza como un sello estigmatizante, en una afirmación de la vida, como el principal de nuestros derechos, a ser defendido y disfrutado a plenitud. La acción, personal e íntima, apela al experimentar (y comprender) los sentimientos de las personas que sufren el estigma y la discriminación.
CHRISTIAN BENDAYÁN / Iquitos, 1973 / Pintor, dibujante, grabador y fotógrafo. Su obra plástica explora la estética visual de los personajes y espacios urbanos populares de la Amazonía, así como su cultura oral y mitológica. Ha realizado diversas curadurías, diseñado y editado revistas, libros y promovido la obra de diversos artistas amazónicos. Su obra ha formado parte de diversas exposiciones colectivas a nivel nacional e internacional.
GIUSEPPE CAMPUZANO / Lima, 1969-2013 / Filósofo y diseñador gráfico, incursionó en diversas manifestaciones artísticas como la literatura, la fotografía, la actuación, la performance.. El Museo Travesti del Perú, su obra más grande, importante y compleja, en el cual, transmite, representa, ilustra, performa, traviste sus pensamientos y reflexiones queda como su legado para generaciones posteriores.
CHANTAL CORTHALS / Bruselas, Bélgica, 1956 / Licenciada en Arte Dramático, especialista de Teatro – Terapia, dirige talleres a instituciones que se enfocan en la problemática del VIH/sida y la discapacidad. Trabajó en ONUSIDA y fue voluntaria de las Naciones Unidas cuando fue parte del equipo creativo que desarrolló Vivo con VIH.
MÓNICA GONZÁLES RAIJEEN / Lima, 1965 / Vive y trabaja en Lima. Su obra refleja la reflexión sobre el individuo en la sociedad y el papel que le ha sido asignado. Ha expuesto individual y colectivamente en diversas galerías y museos tanto en el Perú como en el extranjero.
FERNANDO OLIVOS / Lima, 1968 / Artista plástico, con estudios en Perú y España, vive y trabaja en Lima. Actualmente coordina el proyecto CiudadaniasX: activismo cultural y derechos humanos, que se ejecuta desde el Instituto de Estudios en Salud, Sexualidad y Desarrollo Humano. En este proyecto se crean, en conjunto con otros artistas, además de académicos y activistas, intervenciones de arte público/activismo cultural como medio para luchar contra el estigma y la discriminación, y en favor de los derechos de todos y todas.
JAIME RÁZURI / Callao, 1956 / Comunicador y fotógrafo con estudios en Perú y España. Colaboró con diversos medios de comunicación y agencias internacionales hasta 2009. En la actualidad se dedica a la docencia. Rázuri ha desarrollado un proyecto extenso acerca de personas viviendo con VIH-Sida en Lima entre los años 1994-97, y ha expuesto sus fotografías en múltiples colectivas en el Perú y en el extranjero.
La primera serie de presentaciones se realizó en seis lugares de la ciudad de Lima, considerados claves por su ubicación y por su función tales como hospitales, espacios públicos y centros de cultura y esparcimiento. El lanzamiento se efectuó el 1ro. de Diciembre en el Hospital 2 de Mayo y en el Gran Parque de Lima en la feria por el día mundial de lucha contra el SIDA.
Una impactante, concurrida, conmovedora y valiente romería tomó por asalto las calles del Centro de Lima el martes 30 de mayo de 2006 desde las ocho de la noche, esta marcha recorrió el Jirón de la Unión desde la Plazuela de la Iglesia de La Merced, atravesó le Plaza San Martín llegando hasta Paseo de La República. La vigilia se prolongó hasta la medianoche a fin de que miembros y activistas de diversas organizaciones de la comunidad Lesbiana Gay Bisexual y Travesti (LGBT), destacados artistas del medio y público en general, recibieran el 31 de mayo –fecha establecida en nuestro país como Día nacional de lucha contra los Crímenes de Odio- en un singular velatorio en el que se rindió homenaje a las víctimas mortales por crímenes homofóbicos.
La romería /pasacalle al son de huaynos ejecutados por bandas de música andina culminó con un velatorio de ropa en las escalinatas del Palacio de Justicia como acto simbólico en memoria de las personas gays y travestis asesinadas en nuestro país. Al pie de las escalinatas se desplegó una banderola gigante con la inscripción: LA HOMOFOBIA MATA. Con este acto se quiso poner en relieve los crímenes y la violencia tanto física como sicológica que cotidianamente viven las comunidades LGBT en nuestra sociedad. La fecha alude directamente a la masacre perpetrada por el MRTA en Tarapoto, Región San Martín, contra homosexuales en 1989 en su proceso de “erradicación de indeseables”, tal como consta en el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación.