01. A 30 años del VIH/sida

El 5 de junio de 1981, el Reporte Semanal de Morbilidad y Mortalidad del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, publicó un artículo elaborado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California y el Departamento de Epidemiología de Los Ángeles, en el que se reportaba a cinco pacientes con Pneumocystis carinii, una variante de neumonía atípica en la nación norteamericana.

El texto señalaba que entre octubre de 1980 y mayo de 1981 en tres diferentes hospitales de Los Ángeles se habían registrado cinco casos con esta variante de neumonía en hombres homosexuales. Dos de ellos habían fallecido al momento de la publicación. Ninguno de ellos se conocía y no habían tenido contacto sexual entre ellos. Sus edades fluctuaban entre los 29 y 36 años. Ninguno de ellos tenía antecedentes clínicos de padecimientos de inmunodeficiencia.

Un mes después, el mismo boletín publicaba un artículo tituladoEl Sarcoma de Kaposi y la Pneumocystis Pneumonia entre hombres homosexuales. Nueva York y San Francisco, en el cual se mencionaba que en los pasados 30 meses se había diagnosticado a 26 hombres homosexuales, con una edad promedio de 39 años, en Nueva York y California con Sarcoma de Kaposi. Ocho de ellos murieron meses después de haber sido diagnosticados con el mal cutáneo, que era reportado como frecuente en hombres mayores de 50 años de edad.

El mismo estudio revelaba que de acuerdo al Registro Coordinado de Cáncer de la Universidad de Nueva York, no se habían documentado casos de Sarcoma de Kaposi en hombres menores de 50 años en la entidad durante la década de los 70, y sólo había tres casos desde 1961.

Además, seis de estos pacientes padecían neumonía y uno toxoplasmosis. El reporte indicaba que 25 de ellos eran de raza blanca y uno de negra. Además, se mencionaba que en las ciudades de Los Ángeles y San Francisco, California, se habían detectado 10 casos más en el último mes.

Para el mes de agosto, el reporte indicaba el conocimiento de 108 casos en Estados Unidos de hombres homosexuales con problemas de Sarcoma de Kaposi o Pneumocystis carinii desde 1976. De éstos, 91 por ciento a partir de octubre de 1980. El reporte indicaba que 95 por ciento de los casos se habían presentado en hombres homosexuales de entre 25 y 49 años de edad. La mayoría de ellos de raza blanca.

Esta edición del reporte mencionaba que el Sarcoma de Kaposi o la Pneumocystis carinii no eran causa de muerte por sí solas.

El tema también llegó a los medios de comunicación masiva. El 3 de julio, The New York Times publicaba un artículo elaborado por Lawrence K. Altman titulado “Raro cáncer detectado en 41 homosexuales”, en el cual se mostraba la fatalidad de esta infección, y que en aquel entonces, provocaba la muerte de sus contrayentes en menos de 24 meses.

En este trabajo Altman recogió la opinión de los doctores, quienes reportaban que la mayoría de los casos se presentaban en hombres homosexuales que tenían múltiples y frecuentes encuentros sexuales con diferentes personas, con un promedio de 10 relaciones sexuales por noche, cuatro veces a la semana.

Al final del año, The New England Journal of Medicine, mencionaba en su editorial que en Estados Unidos se reportaban semanalmente cinco o seis nuevos casos de Sarcoma de Kaposi oPneumocystis carini

A partir de estos reportes, dos años de incertidumbre acosarían a la comunidad científica internacional, a los gobiernos de distintas naciones y a la población en general. Se desconocían las causas de esa extraña enfermedad. Los términos acuñados eran inexactos. Uno de los primeros nombres asignados fue GRID (Gay Related Inmuno Deficency o Inmunodeficiencia Relacionada con lo Gay), debido a que la extraña enfermedad afectaba a la comunidad gay en su mayoría. Popularmente se le denominó Cáncer Rosa. La característica de este nuevo mal era la reducción del sistema inmunológico de las personas contrayentes.

Tras múltiples discusiones, en 1982, el Departamento de Salud de Estados Unidos y un grupo de expertos alrededor del mundo interesados en el tema acuñaron el término de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida.

Un año después, gracias a las investigaciones realizadas por Luc Montagnier, del Instituto Pasteur en Francia, se conoció al agente provocador de esta baja inmunológica: el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Un año después, Robert Gallo, del Laboratorio de Biología de Células Tumorales del Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, confirmaría que este virus era el causante del sida.

La comunidad científica enfatizó su atención en conocer las causas de esta infección, y así comenzaron a surgir las teorías sobre el origen del VIH/sida. Un sector de investigadores señalaba que provenía de África, conclusión a la que llegaron después de estudiar a grupos de monos en este continente, los cuales mostraron poseer un virus similar al VIH.

Otra teoría proponía el origen artificial del virus; afirmaba que el VIH se había desarrollado en laboratorios de los Estados Unidos con el fin de crear armas biológicas. Su retardada acción, de acuerdo a esta teoría, provocó que se le considerara inútil. Debido a la sobrevivencia de sus portadores experimentales, este virus se propagó cuando éstos salieron a la calle.

Los primeros avances mostraban que el VIH se transmitía por medio de los fluidos corporales y la sangre. Esto permitió que se tomaran medidas contra la comercialización del líquido sanguíneo. A su vez apareció el primer medicamento antirretroviral: AZT Zidovudina.

Este medicamento producía un efecto retardador en la reproducción del virus, aunque no representaba una cura y no garantizaba la disminución de la cantidad de enfermedades relacionadas al VIH.

Ante la desinformación y la falta de políticas públicas de salud adecuadas, organismos no gubernamentales -en su mayoría de la comunidad homosexual-, realizaron campañas para informar a la población sobre el VIH/sida. Entre las acciones destacaban la distribución masiva de folletos, establecimiento de redes informativas, la recaudación de fondos y la denuncia del amarillismo que inundaba a los medios de comunicación.

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Gaëtan Dugas

Reflejo de esta preocupación de la sociedad civil fue el congreso celebrado en 1983 en Denver, Colorado, al cual asistieron personas con VIH y redactaron los “Principios de Denver”, en los que se determinó nombrar a los individuos con este padecimiento “personas con sida” y rechazaba el término “víctimas”, comúnmente usado en los medios de comunicación de la época.

En 1984 falleció en Quebec, Canadá, Gaëtan Dugas, primer paciente oficialmente reconocido del sida, y quien trabajaba como asistente de vuelo de Air Canadá.

Como un esfuerzo de gobiernos y organizaciones civiles para detener la epidemia, en 1985 se realizó la Primera Conferencia Internacional sobre VIH/sida en Atlanta, Estados Unidos.

En 1988 durante la Conferencia Mundial de Ministros de Salud sobre Programas de Prevención del SIDA, convocada por la Organización Mundial de la Salud en Londres, la cual reunió a 114, se acordó declarar este año como el Año de la Comunicación y Cooperación sobre Sida, con el argumento de que «a falta de una vacuna o cura para el SIDA, el componente más importante de los programas nacionales contra el síndrome es la labor de información y educación, toda vez que puede prevenirse la transmisión del VIH mediante un comportamiento responsable y bien informado».

A su vez, se determinó instituir el 1 de diciembre como Día Mundial de Lucha contra el Sida como una jornada de reflexión y solidaridad hacia las personas con VIH, las que padecen Sida y los que han fallecido. Esta medida fue aprobada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas.

En 1991, el grupo Visual AIDS de Nueva York creó el Lazo Rojo, símbolo internacional de la toma de conciencia sobre el VIH/sida y en solidaridad con las personas con VIH, a los que han fallecido y a los que se preocupan por alguien que sufre la enfermedad. En 1996 fue adoptado por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida como su logotipo.

En 1995, se introdujeron las primeras terapias combinadas, mezcla de dos o más medicamentos en el tratamiento, y los resultados de los estudios se presentaron en la Conferencia Internacional de Sida celebrada en Vancouver. En éstos se concluyó que las combinaciones de los diferentes medicamentos mantenían controlado al virus.

Durante la primera década del siglo XXI, sobre todo tras la XV Conferencia Internacional de Sida celebrada en Bangkok, Tailandia, el gobierno de los Estados Unidos, encabezado por George W. Bush, promovía abiertamente la “filosofía del ABC” para prevenir nuevas infecciones de VIH/sida. Las siglas aludían a las palabras abstinence, be faithful and condoms (abstinencia, sé fiel y condones).

Por otra parte, en 2007 surgió Maraviroc, primer medicamento denominado antagonista de los correceptores, cuya función es bloquear la entrada del VIH/sida a las células humanas.

En 2010, tras dos años de estudio se dio a conocer el caso de Timothy Ray Brown, estadounidense de 44 años que vive con VIH en Berlín, quien luego de un trasplante de médula ósea, motivado por la leucemia, ha mantenido su estatus virológico indetectable debido a una transfusión de médula con el defecto genético de la deleción -pérdida de cromosomas-, lo que permite codificar los correceptores del VIH para ser inmune al virus.

En el ámbito internacional, desde el año 2000, la Organización de las Naciones Unidas propuso los Objetivos de Desarrollo del Milenio, entre los cuales se encuentra el apartado 6, referente al VIH/sida, el cual propone tres grandes metas: detener y reducir la propagación del virus, lograr el acceso universal a medicamentos para todas las personas que lo requieran, y reducir y detener las nuevas infecciones.

Sin embargo, a casi cuatro años de que se cumpla el plazo para lograr el objetivo, actores como el ex presidente de laSociedad Internacional de Sida (IAS), Julio Montaner, han denunciado la falta de interés de los países miembros del G8 yG20 para apoyar económicamente a los fondos internacionales destinados a la lucha contra el virus, lo cual se refleja en la falta de fondos para implementar nuevas acciones.

Además, cálculos de la IAS, señalan que en el mundo hay alrededor de 10 millones de personas con VIH que no toman medicamento.

Fuente: Notiese



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