03. Argentina: Primer matrimonio entre personas del mismo sexo en América Latina, logros a pesar de los obstáculos

18. 3. 1. Pese a obstáculos se realizó en Argentina el primer matrimonio homosexual

En noviembre pasado, Gabriela Seijas, jueza en lo Contencioso Administrativo de Buenos Aires, autorizó el matrimonio entre Alex Freyre y José María Di Bello. Si bien el Ejecutivo de la ciudad no apeló la decisión de Seijas, el matrimonio no pudo celebrarse el día previsto porque Marta Gómez Alsina, una jueza civil con competencia nacional, anuló la resolución de su colega de Buenos Aires.

Aunque ésta última ratificó su fallo y la pareja se personó en el Registro Civil y esperó durante horas, la Alcaldía de Buenos Aires no permitió que se llevara a cabo el enlace ante estas decisiones judiciales contradictorias.

Para que dirimiera cuál de las juezas tiene competencia en este caso, la Alcaldía recurrió entonces a la Corte Suprema, que tiene previsto pronunciarse este año.

Finalmente, el 28 de diciembre, Freyre y Di Bello lograron casarse en Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego, gracias a un decreto del Ejecutivo sureño, que motivó una demanda de nulidad presentada por abogados católicos.

En una reciente entrevista, el ex presidente y actual diputado Néstor Kirchner dijo que el oficialismo está dispuesto a avanzar este año en la aprobación de una ley que habilite el matrimonio homosexual, frenada en el Parlamento.

Fuente: EFE/Diario Digital Transexual.

18. 3. 2. Se realizó segundo matrimonio homosexual en Argentina y el primero en la ciudad de Buenos Aires

Los primeros días de marzo dos hombres lograron finalmente contraer matrimonio en Buenos Aires, lo que supone el segundo casamiento homosexual en el país y el primero en la capital argentina, pionera en Latinoamérica en el reconocimiento de los derechos de las parejas del mismo sexo.

Damián Bernath y Jorge Salazar se casaron, tras un recurso de amparo favorable que presentaron en un juzgado contencioso administrativo porteño.

«En nuestro caso el matrimonio fue un rápido trámite y esperemos que otras parejas puedan tener las mismas facilidades», comentó la pareja en una rueda de prensa ofrecida tras la ceremonia civil.

En la conferencia de prensa remarcaron la necesidad de que el Parlamento apruebe una ley, que está trabada en comisión, que dé luz verde al casamiento entre dos personas del mismo sexo «para no tener que recurrir a la Justicia cada vez que una pareja gay quiera unirse en matrimonio».

Más de 60 parejas de homosexuales han presentado peticiones de amparo para poder casarse en Argentina, donde actualmente en cuatro ciudades está permitida la unión civil entre personas del mismo sexo.

La Ley de Unión Civil de la ciudad de Buenos Aires, aprobada a finales de 2002, supuso el primer antecedente en el país y el primer reconocimiento de las parejas homosexuales en Latinoamérica.

18. 3. 3. Sobre el matrimonio gay

Por Graciela Muñiz (Defensora del Pueblo adjunta de la Ciudad de Buenos Aires).

Desde el constructivismo, el sujeto humano no es una naturaleza, sino producto de una creación histórica. Por lo tanto el sexo es siempre una construcción cultural, sin relación directa con la diferencia biológica. De allí la noción de que cada persona podrá cambiar de sexo según el género o el rol que se asigna a si mismo. Ser hombre o mujer son circunstancias que nos preceden, que no tienen nada que ver con la elección sexual de pareja, sino con estar en el mundo como seres culturalmente femeninos o masculinos.

Con la iglesia a la cabeza debemos soportar la presión de grupos que enarbolan los prejuicios que congelan este pensamiento, aplicando una estrategia donde la homofobia se construye fundamentalmente sobre el discurso de ’lo natural’.

En base a esta posición el matrimonio heterosexual no sería una institución, sino una sintonía de la naturaleza y todo lo que escape a este principio se considerará perverso, desviado, enfermo. Vivimos en una sociedad en la que incluso, donde se ha legalizado de unión de pareja no heterosexual, la idea de familia sigue respondiendo al modelo patriarcal, con el fin de la procreación, con una mamá y un papá que cumplen un papel preestablecido. Esta idea conservadora, que no se corresponde con la realidad opera como violencia simbólica.

El 1° de diciembre del año pasado viví, junto a diversos funcionarios e instituciones el triunfo del discurso escolástico sobre el casamiento gay. Alex Freyre y José María Di Bello iban a casarse en esa fecha, elegida por ser el Día internacional de la Lucha contra el Sida. Sin embargo la ceremonia se frustró por un fallo judicial adverso a la decisión de la Jueza en lo Contencioso Administrativo y Tributario porteño Gabriela Seijas, que declaraba la inconstitucionalidad de dos artículos del Código Penal (172 y188), que prohíben el casamiento entre personas del mismo sexo y ordenaba al Registro Civil que les permitiera contraer matrimonio.

No obstante, el fallo de la Justicia en lo Civil suspendió el casamiento al considerar que la magistrada de la Ciudad no era competente para intervenir en el expediente. La pareja se presentó de todas formas y el país, el mundo entero fueron testigos del oscurantismo eclesiástico que dejó en evidencia la influencia que ejerce sobre los poderes de la CABA.

Luego de varias marchas y contramarchas Alex y José María lograron casarse en Ushuaia, destacando la actitud de la Gobernadora Fabiana Ríos que autorizó el matrimonio. Así el 28 de diciembre de 2009 se celebró el primer matrimonio gay en Argentina y Latinoamérica. ’Hasta el fin del mundo fuimos y hasta el fin del mundo estábamos dispuestos a ir para casarnos’, dijo Freyre.

Pero aun falta la nota oscura, el abogado Pedro Andereggen solicitó a la Justicia Civil Nacional la nulidad del casamiento, el secuestro de la partida y libreta que obra en poder de los contrayentes y que la Gobernadora de Tierra del Fuego sea investigada.

Esperamos que la reforma de la Ley Nacional que apunta contra el artículo 172 del Código Civil, al proponer sustituir la frase ’hombre y mujer’ por el término ’contrayentes’ sea aprobada en el 2010.

Este proyecto descansa en los escritorios del Congreso por el rechazo de sectores ultraconservadores, al considerar que altera la procreación y educación de los hijos.



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