04. Brasil: Dilma Rousseff, primera presidenta de Brasil

Una mujer de 62 años se convirtió el 31 de octubre, en la primera en ocupar la presidencia de Brasil, país de inmensidad territorial, territorio de los Sin Tierra, de la inmensa amazonía y de pasado de dictaduras, de la que fue víctima la que hoy se erige como líder a partir del favor del voto de 80 millones de electores.

En sus primeras palabras como presidenta electa, Dilma Rousseff, privilegió lo que supone para Brasil que una mujer haya sido elegida al primer puesto de gobierno del país suramericano. Hizo referencia al hecho innegable de que un sector de la sociedad machista latinoamericana la haya elegido Presidenta de su país.

“Es un avance democrático de nuestro país…es la primera vez que una mujer va a presidir Brasil. Mi primer compromiso es honrar a las mujeres brasileras para que este hecho sea natural y se repita en todas las instituciones de nuestra sociedad”, parafraseó en tono firme, del lado de su vicepresidente electo, Michel Temer.

Rousseff, declaró que “prefiero el ruido de la prensa libre al silencio de las dictaduras”, siendo los dos temas que pronunció con más ahínco en un primer discurso en los cuarteles generales de su campaña y del Partido de los Trabajadores en Brasilia.

La virtual mandataria no dejó fuera de su discurso a los que no la apoyaron, advirtiendo: “respetaré las diferencias. Tenemos que aumentar la calidad de la discusión en nuestra política”.

Insistió en que el principio esencial de la democracia es la igualdad de mujeres y hombres y manifestó su deseo de que “esta noche, los padres y madres miren a sus hijas a los ojos y les digan: sí, la mujer puede”.

Del asunto de género, una firme Presidenta Electa, aseguró a la ciudadanía que hará valorar la democracia “en toda su dimensión, desde el derecho de opinión hasta los derechos esenciales, la alimentación, vivienda digna, el empleo y la paz social”.

Además, planteó que no tolerará la corrupción, siendo “rígida en la defensa del interés público”, pareciendo despejar así las cercanías que se le adjudican con dos de los ministros que tuvieron que salir del gobierno de Lula, por acusaciones relacionadas con corrupción y escándalos sexuales. Rousseff, economista, sobreviviente de cáncer linfático y activista en la lucha contra la dictadura entre 1964 a 1985, aseguró además que estará “respetando diferencias sin perseguir adversarios ni proteger a amigos”.

El tema de la economía lo trabajó desde el planteamiento de que mantendrá la “estabilidad económica, las conquistas establecidas y los contratos”. La Presidenta recibirá un país con 13 millones de pobres menos de los 30 que había en el 2003, cuando Ignacio Lula Da Silva resultó electo presidente del Brasil.

Su discurso también se manejó desde el lanzamiento del ramo de olivo a quienes no la apoyaron en su camino hacia la presidencia. “De mi parte no habrá discriminación ni privilegios”, señaló.

Un discurso con fondo de proyecto social, que en su caso conoce a partir de su trabajo como Ministra de Energía y Jefa de la Casa Presidencial, bajo el gobierno de Lula.



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