07. Tercera Asamblea de trabajadoras del sexo europeas en París
Por Sara Lafuente (SOITU.ES) / París acoge la Tercera Asamblea de trabajadoras del sexo europeas en el Teatro Odéon de París donde pondrán sobre la mesa una reivindicación común: la defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras sexuales.
Entre lecturas de la célebre prostituta Grisélidis Réal, los participantes en este foro tratarán de mostrar a la sociedad la precaria situación en que viven. El encuentro terminará con una marcha por las calles de la capital francesa. Sus exigencias son claras: pedirán al Gobierno francés la abolición de la Ley Interna de Seguridad —que penaliza algunos aspectos relacionados con el ejercicio de la prostitución—, que se reconozcan los derechos fundamentales de los trabajadores sexuales y que se apruebe un estatuto legal para este tipo de ocupación.
El origen de la Asamblea, que ya va por su tercera convocatoria, se remonta a 2002, cuando Sarkozy era todavía ministro de Interior y presentó lo que entonces era sólo un proyecto de ley que amenazaba con perseguir algunas cuestiones relativas al ejercicio de la prostitución. Paralelamente, un grupo de personas que ya se ocupaban de la situación de las trabajadoras sexuales se reunieron para formar el colectivo de Droits et Prostitution (Derechos y Prostitución) como respuesta a lo que percibían como un atentado flagrante contra sus derechos. Meses después, el 18 de marzo de 2003, vio finalmente la luz la denominada Ley Interna de Seguridad.
La nueva legislación ha traído consigo muchos cambios que, según denuncia Miguel Ángel Garzo, uno de los socios fundadores de Droits et Prostitution y organizador del foro, han empeorado radicalmente la situación de las trabajadoras del sexo en Francia. Pero la deriva que toma la situación no es patrimonio exclusivo del país galo. Muchos de los problemas que denuncian son compartidos y experimentados en otros países del continente. Precisamente por eso esta Asamblea, más ambiciosa de sus predecesoras en 2005 y 2007, pretende unir a prostitutas y a sus aliados de toda Europa, con el fin de fortalecer los lazos entre los grupos y generar una auténtica red de estudio y acción colectiva. Como muestra de esta voluntad de ’internacionalización’, Droits et Prostitution se ha acogido al Manifiesto de las trabajadoras del sexo de Europa y la Declaración de Derechos desarrolladas en un encuentro en Bruselas en 2005.
La persecución ha tenido como consecuencia una mayor marginalización y la precarización de sus condiciones de vida y trabajo. Todo nace de la penalización de lo que se denomina «el enganche», es decir, la acción de tratar de atraer a una persona con el fin de realizar un intercambio económico-sexual. La mujer que es vista tratando de llamar a un posible cliente se arriesga a penas de varios meses de cárcel o multas de hasta 3.750 euros.
El acoso de la policía ha tenido también otra consecuencia tangible: menos clientes se atreven a llegar hasta las trabajadoras sexuales, por lo que su situación económica también peligra. Este fenómeno ha tenido otra peligrosa consecuencia: el aumento de la práctica de sexo no seguro.
Sin embargo, si alguien ha sufrido con especial virulencia las consecuencias de la ley, han sido las inmigrantes. La norma concede a la policía el derecho de identificar a todas las trabajadoras del sexo. Esta forma de control consigue que las que no tienen permiso de residencia sean directamente repatriadas. Esto explica en gran medida que muchas de ellas hayan optado por esconderse en los bosques de las afueras de la capital.
Fuente: http://www.soitu.es