08. México: “Marcha de las putas” en protesta a la violencia y acoso sexual contra la mujer
Si me pongo medias de red y tacones de aguja: no, significa no. Si la apertura de mi falda sube hasta mi muslo: no, significa no. Si en cualquier momento decido no consumar el acto sexual: no, significa no. Si me emborracho: no, significa no. Si bailo de forma sensual: no, significa no. Si el escote de mi vestido es épico e invitador: no, significa no. No, significa no.
Estas son las consignas que ‘La marcha de las putas’ (Slut Walk) quiso dejar claras en la ciudad de México. El movimiento nació en Toronto, Canadá, cuando el pasado 24 de enero, el policía Michael Sanguinetti, durante una conferencia en la Universidad de York sobre seguridad civil, aseguró que “las mujeres deben evitar vestirse como putas para no ser víctimas de la violencia sexual”. ¿La respuesta? Más de mil participantes en la ‘Slut walk’ del 3 de abril de Toronto. Nacían así las marchas de las putas que se extenderían a Seattle y Boston entre otras ciudades estadounidenses y que se replicarán durante todo el año en diferentes ciudades del mundo.
Al grito unísono de “Escucha, baboso, yo elijo a quien me cojo” y “Escucha, acosador, no me gusta el arrimón”, cerca de 2 mil 500 personas se manifestaron el 13 de junio, desde la Glorieta de la Palma y hasta el Hemiciclo a Juárez, para erradicar la violencia contra las mujeres, por lo que demandaron acciones afirmativas y políticas públicas integrales, pues “las mujeres no somos objetos, somos humanas, con derechos que merecemos sean respetados, tanto por particulares como por gobierno”.
Como parte de un pronunciamiento emitido al término de la movilización, Yuriria Rodríguez, integrante del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), exigió a las autoridades federales y estatales la aplicación e implementación de la Norma Oficial Mexicana 046 sobre Violencia Familiar y Sexual contra las Mujeres, la cual, dijo, a dos años de su publicación en el Diario Oficial de la Federación, es ignorada de manera sistemática.
“Esta disposición es producto de una larga lucha para garantizar el acceso legal a servicios de salud cuando las mujeres son víctimas de violencia sexual, cuando quedan embarazadas y requieren de un aborto, casos en lo que el Estado debe proporcionarles atención urgente y de manera inmediata”.
De acuerdo con Rodríguez, la Secretaría de Salud federal reporta que al año se realizan 120 mil violaciones de mujeres, de estas, 65 por ciento tienen entre 10 y 20 años de edad, a las que, en su mayoría, no se les proporcionan servicios integrales de salud.
En materia de feminicidio, la activista señaló que de enero 2009 a junio 2010 fueron reportados mil 728 homicidios dolosos de mujeres en 18 estados del país, la mayoría de los cuales quedaron sin resolver debido a la impunidad de las autoridades.
Por su parte, Gabriel Amezcua, representante de Atrévete DF, espacio virtual donde las personas comparten sus historias de acoso en las calles, hizo un llamado para dejar de perpetuar el estereotipo de que los hombres son incontrolables por naturaleza y las mujeres tentadoras y provocativas.
“Intervengamos cuando seamos testigos del abuso sexual, informémonos, respetemos, promovamos el diálogo y la sexualidad informada, libre y sana, visibilicemos las cosas que nos suceden a diario, atrevámonos a alzar la voz, a romper prejuicios y a decir ‘este cuerpo es mío’; ninguna ocupación, vestimenta o actitud, vuelve a una mujer una puta”.
Al respecto de la marcha, Minerva Valenzuela, una de las organizadoras, manifestó sentirse satisfecha por la cantidad de gente que participó, y dijo que, con marchas o sin marchas, seguirán en la búsqueda de nuevas acciones para transformar la realidad de las mujeres mexicanas, pues “estamos ya muy dolidas de seguir perpetuando estereotipos”.
La activista reconoció la importancia de que la mayoría de las mujeres que participaron no asistieron precisamente con escote y minifalda, pues en este país “incluso en pants, con rímel corrido, en fachas o con moscas revoloteándote, eres acosada”
¿Por qué putas?
Históricamente, el término ‘puta’ se encuentra cargado de un significado negativo y peyorativo; puta es una mujer promiscua, que tiene relaciones sexuales por dinero, por placer, que viste de manera inapropiada, que no es una buena mujer. El término sirve como una forma de insulto o etiqueta para el comportamiento de mujeres que se encuentran fuera de lo que la sociedad considera adecuado y aceptable. Bajo esos parámetros y criterios, en cualquier momento de nuestras vidas, las mujeres somos putas y como putas debemos aceptar y callar que se desplieguen comportamientos sexuales sin consentimiento”, explica la convocatoria.
La culpable de una agresión nunca, jamás es la víctima. Este movimiento, pretende decirle a la sociedad civil, política, religiosa y cualquiera que sea su función que no importa la vestimenta, el lugar, ni la compañía; nada justifica la imposición de relaciones sexuales o el acoso sexual. Las mujeres no provocan violencia ni la agresión por el solo hecho de ser responsables y libres al ejercer su personalidad, ideas y principios.
Rechazan firmemente que se siga perpetuando y naturalizando la idea de que las mujeres son culpables del acoso y ataque sexual; rechazan que el día a día, en el México de pleno siglo XXI, continúe siendo un enfrentamiento al salir a las calles para estudiar, trabajar, divertirse. Vivir. “Ya no más a asumirnos como objeto de estereotipos, prejuicios y discriminación. Alto a viejos e inseguros paradigmas, que generan discriminación. Ya no más actos sexuales forzados. Cuando las mujeres decimos “No”, sólo puede significar “No”. Ya no más faltas de respeto, fuera o dentro de cualquier espacio, desde cualquier civil hasta autoridades de cualquier nivel. Ya no más insultos a la educación, por ignorancia; no más ignorancia por falta de educación. Ya no más naturalización de la violencia de género con el argumento de que es nuestra culpa porque parecemos putas”.
Fuentes: Ameco Press y Vanguardia