15. Malasia aplaza el azotamiento de una mujer por el ramadán
Autoridades malasias han aplazado el azotamiento con vara de una mujer musulmana, condenada por consumir alcohol en un lugar público, hasta que termine el mes santo del ramadán. Amnistía Internacional ha pedido al gobierno que derogue todas las leyes que contemplan éste y cualquier otro castigo corporal.
“Este caso es una muestra de que el azotamiento y la flagelación son una epidemia en Malasia” –ha manifestado Sam Zarifi, director del Programa Regional para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional–. Desde el año 2002, se ha azotado o flagelado a más de 35.000 personas, la mayoría migrantes irregulares.”
Kartika Sari Devvi Shukarno debía permanecer en la prisión de mujeres de Kajang, en el estado de Pahang, a la espera de ser azotada en un plazo de siete días.
Según informaciones periodísticas, la furgoneta que la trasladaba a la prisión desde la casa de su padre dio media vuelta y la llevó de nuevo al hogar paterno.
Autoridades de Pahang han dicho que el aplazamiento se prolongaría hasta el final del mes de ayuno. El lunes 24 corresponde al tercer día del ramadán.
Kartika Sari Devvi Shukarno, de 32 años, fue condenada a recibir seis azotes con vara por beber cerveza en el bar de un hotel en diciembre de 2007. Además, un tribunal que administra la ley islámica en el estado malasio de Pahang le impuso una multa de 5.000 rupias (unos 1.400 dólares estadounidenses) al declararse culpable del delito.
Kartika Sari Devvi Shukarno no ha recurrido la condena. Si se aplica el azotamiento, será la primera mujer que reciba un castigo de esta naturaleza en Malasia.
En junio de 2009, el gobierno de Malasia anunció que 47.914 migrantes habían sido condenados a recibir golpes con vara por delitos relativos a la inmigración desde la entrada en vigor de las enmiendas a la Ley de Inmigración en 2002. Al menos 34.923 migrantes han sido azotados con vara entre 2002 y 2008, según los archivos del departamento de prisiones del país.
Amnistía Internacional ha pedido al gobierno que derogue todas las leyes que contemplan éste y cualquier otro castigo corporal.
“Los azotes con vara son un castigo cruel, inhumano y degradante y están prohibidos por el derecho internacional de los derechos humanos –ha declarado Sam Zarifi–. El gobierno malasio debe hacer todo lo que esté en su mano para impedir la utilización de este castigo inhumano en cualquier circunstancia.”
En la actualidad, los golpes con vara se aplican como castigo suplementario por la comisión de al menos 40 delitos en Malasia, pero ésta es la primera vez que se utiliza contra una persona declarada culpable de violar las leyes religiosas del país. La ley islámica se aplica sólo a las personas de religión musulmana, que suponen el 60 por ciento de una población de 28 millones de habitantes.
Fuente: Amnistía Internacional