42. Internacional: Cuerpos ¿de quién? Acerca del cuerpo femenino y la presión social

Los modistos, esos gurús contemporáneos con el poder de diseñar el cuerpo de las mujeres, lo tienen claro. Primero diseñan un traje que imaginan puesto encima de un alfiler; es posible que les parezca que ahí encima -sin cuerpo- ”su obra” luce mucho mejor. Basta con poner, por ejemplo, “bocetos moda” en google para ver sobre qué supuestos cuerpos diseñan la ropa que luego se van a tener que encajar las mujeres.

Como esta mujer es un poco rara, vamos que podría venir del espacio exterior, lo que se hace es hacer muñecas que tengan exactamente esa pinta. Barbie es un ejemplo archiconocido, pero como Barbie está un poco anticuada, en cuestiones de muñecas no se deja de innovar, pero todas con un cuerpo parecido. Ahora tenemos las posmodernas Monster high. El nombre de “monstruo”, les viene bien a las muñecas y nadie se lo toma en serio, pero monstruos -en el sentido etimológico de la palabra- serían las mujeres que tuvieran un cuerpo siquiera parecido a estos.

Pero las muñecas no son inocentes; son juguetes con los que las niñas van aprendiendo modelos, en este caso modelos físicos. Antes las niñas aprendían a ser mamás con los muñecos bebés y muñecas con las que se practicaba la maternidad, pero que no pretendían parecer reales.

Ahora, siguen existiendo los bebés, pero cada vez más las niñas quieren estas muñecas que lo que te enseñan es a ser guapa y moderna, divertida y sexy. Así aprendes también, de paso, que lo mejor es ir ahorrando en cuanto puedas para pagarte un buen cirujano plástico (ni es broma ni exageración, vistas las cifras de adolescentes que piden operaciones de cirugía estética como regalo de cumpleaños).

Por si alguien se confunde y llega a pensar que estas muñecas no son reales ni pretenden serlo, que no son más que un juego inocente y que en nada se parecen a las personas reales, entonces estos mismos diseñadores-sádicos van y convierten a personas reales, a modelos de éxito, a cantantes o actrices muy conocidas y admiradas, en esas mismas muñecas o en esos mismos bocetos, para que creas que ese cuerpo puede llegar a tenerse, aunque sea a través de un lejano parecido. Es posible que creas también que si tienes ese cuerpo tienes más posibilidades de alcanzar el éxito.

Vease aquí lo que ha hecho el diseñador Roberto Cavalli con Beyoncé. La Beyoncé muñeca monster y la de verdad, que al diseñador le parecía ancha y gorda.

Y finalmente, si piensas que nadie puede creer que ese cuerpo tiene ninguna relación con la realidad, ellos te dicen que sí. Después de hacer el boceto sobre un alfiler, se trata de que los cuerpos de las mujeres se parezcan al alfiler. Esta foto de Pamela Anderson se supone que es real. Según Mario Testino, el fotógrafo, la sesión se hizo con el mínimo maquillaje y sin fotoshop, así que intentan venderla como una imagen natural.»Ella es así», se nos dice, tú también puedes ser así.

Vivimos en una cultura visual que pretende modificar el cuerpo femenino a partir de fantasías masculinas. No hay manera de escapar a la imposición de estos modelos. Todas nos sentimos en alguna ocasión gordas o anchas o triponas comparándonos con estos modelos inexistentes, con unas muñecas monster o con un alfiler. A todas nos mina la autoestima sentir que nuestros cuerpos reales están a años luz de lo que se supone que deberían estar, por mucho que sepamos que es una locura. No puede haber no ya igualdad, ni siquiera un atisbo de igualdad, mientras estas imágenes no sean públicamente ridiculizadas, públicamente y socialmente denostadas, mientras no exista tal presión social contra ellas que dejen de ser usadas como sinónimo de éxito y/o como modelo a seguir. Mientras tanto…seguimos en la línea de partida.

Fuente: AmecoPress (Beatriz Gomero).



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