El arte discriminado

El arte discriminado

Nancy Viza decía en un debate en la Web: “Todo se permite en un Estado donde NO está legalizada la actividad artística”. El artista es discriminado de muchas formas y por varios factores: por las instituciones culturales que asumen la promoción artística como misión, por los medios de comunicación tradicionales, por las galerías, los críticos, los curadores, las estructuras formativas y educacionales. Se trata de intermediarios entre los artistas y el público destinatario, quienes asumen una función de selección en función de criterios y valores que establecen como parte de un sistema implícito no fundamentado o difundido, que acepta y rechaza, promueve e ignora, de manera empírica, interesados en la mayoría de los casos en la imagen propia, mas no en la participación del arte en la vida de la comunidad.

¿Cómo y cuándo se discrimina en el arte? ¿Quién hace acto de discriminación? ¿Cómo reacciona el artista? ¿Qué vínculos hay entre la discriminación y la censura?

El arte es discriminado cuando es ignorado, despreciado, rechazado, silenciado, intervenido, reprimido o censurado. La libertad de expresión del artista es limitada por las condiciones que se le exigen para ser aceptado o promovido. Los que ejercen la discriminación, que dividen a los artistas entre quienes pueden ser aceptados por la “cultura oficial”, institucional o mediática y quienes no, son personas no instituciones, personas que hacen acto de poder desde el marco institucional. El artista, al aceptar ser discriminado, acepta renunciar a su libertad de ser y crear, en una negociación enfocada al acondicionamiento de la expresión artística a parámetros cómodos, con escasa capacidad de acción y cambio social. Si no acepta los términos de la negociación, se sale de la zona de comodidad del arte, es rechazado, silenciado o censurado. La censura es la forma operativa por excelencia de la discriminación, asentada en los estereotipos del perfil institucional desde el cual opera, con la cual culmina el penoso recorrido de la discriminación del arte, que comienza con la ignorancia voluntaria de tantos artistas y sus propuestas.

Entre las manifestaciones más evidentes de la discriminación de los artistas está la censura de una exposición o una obra que ya se encuentra ante el público. Entre las más frecuentes, está el rechazo o el desprestigio de los proyectos artísticos, en función de parámetros que no tienen que ver con el destino comunicativo de los mismos. Entre las más sorprendentes, la declinación de la responsabilidad de presentación, rompiendo acuerdos y compromisos.

01. El arte discriminadoResultó significativo ver cuánto de este extenso fenómeno de discriminación del arte y de los artistas llegó a ser parte de la memoria colectiva. Para tratar de vislumbrar esta realidad, durante el mes de septiembre del 2013, se invitó en Facebook a recordar y mencionar casos de discriminación de los artistas. El caso con el mayor número de menciones fue el deCristina Planas, cuya muestra“Así sea” de la sala Miró Quesada Garland de la Municipalidad de Mirafloresfue objeto de acusacionespor haber mostrado al desnudo las imágenes consagradas de lo sagrado bíblico. Aunque llegó al término final de la exposición prevista, suscitó numerosos debates sobre los límites de la expresión artística y por ende sobre la condición del arte en el Perú.

En el artículo“Historias de censuras”, escrito por José Alejandro Godoy menciona varias de las censuras más relevantes por sus implicaciones, ya que se le exige al arte no ofender al poder instalado: por ejemplo, la censura a” La Chalina de la Esperanza”, del colectivo Desvela (Paola Ugaz, Marina García Burgos y Morgana Vargas Llosa), en la galería de la Municipalidad de San Isidro en 2010. La exposición presentaba tejidos hechos por familiares de las víctimas del conflicto armado interno, a manera de crónica de lo sucedido y de las pérdidas sufridas (se recordaba los nombres de las víctimas), unidos en una gran chalina. Participaron también personas que querían mostrar su solidaridad.

La censura provocó la eliminación de la presentación fotográfica sobre la violencia entre 1980 y 2000 y un audio con testimonios de las víctimas, ambos trabajos preparados por Morgana Vargas Llosa.

Entre los casos de censura que el público más recuerda está el de 2007, cuando el Instituto Nacional de Cultura censuró 3 obras de la exposición “Dibujos en prensa 1990-2007″ de Piero Quijano, en la Casa Mariátegui, referentes a las violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado. El debate que estacensura ocasionó fue ampliamente abordado en las redes.

Otros casos en que la historia se vuelve un tema problemático, generando medidas de censura:

La muestra que organizó en 2012 Karen Bernedo en Villa El Salvador sobre la violencia en el Perú fue censurada por el Ministerio de Justicia. La muestra era un homenaje a María Elena Moyano, a las víctimas de Tarata, a las personas que participaron en la marcha por la paz de Villa El Salvador en 1992 y una celebración de la captura de Abimael Guzmán.

En su muro de Facebook, la curadora Karen Bernedo publicó: “La ministra de Justicia mandó a retirar 12 imágenes de la muestra después de inaugurada y habiendo aprobado con anterioridad toda la información que iba a ser expuesta. Las imágenes corresponden a los 20 años de la captura de Abimael, entre las que se han retirado los archivos de prensa y las gráficas de Álvaro Portales, Juan Acevedo, Jesús Cossio y la que corresponde al proyecto ‘Un día en la memoria’ de Mauricio Delgado Castillo”.

• Karen Bernedo da su versión sobre muestra censurada en Villa El Salvador

• Karen Bernedo exposición censurada en VES por Martha Moyano

A fines de Agosto del 2013, SERPAR censuró un mural «Hacer memoria es no temer en mirar el rostro de lo ocurrido», pintado por un colectivo de estudiantes de la ENSABAP llamado Mestizarte, realizado en Parque Huiracocha, San Juan de Lurigancho, en el marco del II Festival de Arte por la Memoria, por el retrato de Abimael Guzmán que aparecía junto a muchos otros personajes. El evento estaba orientado la toma de conciencia, a través de la información sobre los sucesos ocurridos en la reciente historia del Perú. Pero no sólo la historia resulta ser un tema problemático para la expresión artística, sino también el tema del género y la orientación sexual. El arte contra la discriminación fue objeto de censura en la muestra “La falsificación de las Túpac” deJavi Vargas Sotomayor por parte de las autoridades académicas y administrativas de la Alianza Francesa de Miraflores, que decidieron retirar un video cuyos protagonistas son “Las Tupis” y “La San Martín”. El artista se proponía: “cuestionar, y desestabilizar, el status de las representaciones hegemónicas (…) cuyas representaciones pasan por un circuito de política, producción, regulación y consumo; confrontándose al poder de las representaciones patriarcales y militaristas, así como al de la publicidad del consumismo neoliberal”. La lista de las muestras censuradas, en una forma u otra es mucho más larga. Habría que recordar, por ejemplo, “Kimono para No olvidar” de Jorge Miyagui, instalación censurada en 2003 por Centro Cultural peruano-japonés, por denunciar «la actitud sumisa, cómplice, vergonzosa que tuvo la colectividad peruano-japonesa frente a los crímenes del fujimorismo», o la censura a Jorge Miyagui en 2002, por parte de la Telefónica, en el Concurso de Artes Plásticas.

En 2012, en la curaduría de David Flores-Hora, se realizó en la Sala Luis Miró Quesada Garland de la Municipalidad de Miraflores, la exposición «Vigilar y castigar: Breve historia de la censura el arte en el Perú» que mostró casos de persecuciones y censuras que se han dado en el arte peruano entre los años 1980 y el 2010. La muestra resaltó el carácter de mecanismo crítico que el arte asume al pronunciarse en contra de la represión absoluta, provocando reacciones de discriminación y censura. La muestra hizo un recorrido histórico refiriendo varias propuestas artísticas que fueron objeto de censura, de artistas y colectivos artísticos: Lucy Angulo, el Colectivo Desvela, el Colectivo La Perrera, el Grupo Chaclacayo, Juan Dávila, Natalia Iguiñiz, Diego Lama, Alfredo Márquez,Jorge Miyagui, Cristina Planas, Carlos Enrique Polanco, Piero Quijano, Carlos Quiroz, Taller NN, Marcel Velaochaga.

(Mihaela Radulescu)



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