Imagen y gesto social en el arte peruano actual

Imagen y gesto social en el arte peruano actual

El arte muestra formas renovadas de ver el mundo. Creo que cada obra de arte es una reflexión sobre la realidad que, en mayor o menor medida, interpreta las necesidades de las personas. Desde tiempos remotos, se ha visto en el arte la búsqueda de la verdad, de la belleza o del placer de los sentidos. Pero, lo que siempre se ha percibido es que en el arte se manifiesta la capacidad humana de conocer el mundo desde las huellas que éste deja en el hombre, para bien o para mal.

Imagen y gesto social en el arte peruano actual Las obras de arte han sido siempre recibidas con asombro: más que un asombro ante la originalidad de la expresión o lo ingenioso del modo de representar, es el asombro ante la capacidad del artista de hablar del mundo revelando sus sentidos. Puede ser que esto pase porque en la creación artística permanecen los rasgos primitivos, rituales de la intuición humana, que nutren cada obra con la vitalidad de las emociones únicas de su creador. En cada proceso artístico se repite el acto de creación del mundo. Además, en el arte, el ser humano, tanto el creador como el observador, se encuentra libre para expresar su mundo interior, que a la vez captura e intensifica aquellos aspectos del mundo exterior frente a los cuales más inquieto se siente uno, más ansioso de encontrarles sentido, ante los cuales sus deseos o temores se encienden y su pensamiento se despierta para reaccionar construyendo su propia versión de la existencia. En cada obra hay esfuerzo personal, habilidad, inspiración, cultura pero sobre todo existe el intento de compartir con los demás su propia visión y encontrarse con todos nosotros en un diálogo de sensaciones, emociones e ideas.

El arte actual. El arte actual registra una gran cantidad de tendencias expresivas y comunicativas, en las que convergen la experimentación, el discurso cultural y el carácter lúdico de la manifestación artística. Entre los factores que facilitan esta diversidad, podemos considerar la mayor libertad individual, el incremento de las opciones y la multiplicidad de las posibilidades de opción, el incremento de la tolerancia y la diversidad de comportamientos. Son factores que resultan a su vez de las dinámicas sociales, culturales y sobre todo comunicativas de las vivencias contemporáneas, las cuales han provocado en la última década el creciente interés de los artistas por la intervención socio-cultural y la generación de valores simbólicos de consumo -críticos, utópicos, lúdicos, prácticos- en directa competencia con los valores de la sociedad de consumo; a la vez que han debilitado los límites programáticos y expresivos del arte.

“La participación del artista en las problemáticas de urgencia de su contexto, propiciando rituales colectivos, colocando sus recursos artísticos al servicio de acciones que buscan denunciar el estado de cosas o simplemente aliviar el sufrimiento cotidiano; constituyen situaciones en las cuales se vuelven borrosas las fronteras entre arte y vida, entre actor, performer y ciudadano, entre ficción y realidad, explicitando la dimensión ética de todo proceso o acto estético y la realización de prácticas artísticas como forma de activismo social, más allá del teatro y más allá de la ficción”. Miguel Rubio Zapata (2008): El cuerpo ausente, (performance política), II edición.

El arte peruano.Es fácil de comprender entonces porque los conceptos de legitimación y poder se hacen presentes tan a menudo, tanto en la re-definición del estatus del arte, como en la vocación comunicativa del discurso artístico. En el arte peruano, los sentidos del poder, enfocados por lo general desde la periferia, se significan a través de las representaciones de la identidad, de la cultura, de los valores y derechos de una comunidad. Lo que está en la mira es la legitimación de perfiles culturales. Si vamos en busca de opiniones, sería edificante escuchar a Jorge Miyagui («Arte, política y nueva radicalidad”).

La misma construcción del discurso artístico se vuelve representativa para el discurso de la legitimación y del poder: se usan apropiaciones, sobreposiciones, yuxtaposiciones; es frecuente la intertextualidad y, por lo general el carácter híbrido.

En un diálogo productivo con la hibridez está la integración, propia de una posición enunciativa heterogénea, polifónica, que reune los elementos en torno a un concepto central, el cual se convierte en el mensaje de la obra o de la acción artística. Un artista que ha explorado los recursos de la integración es Juan Javier Salazar.

Pero la integración no es sólo conceptual y compositiva sino también de lenguajes y modos de ser (prácticas sociales). La circulación de los valores, tomando en cuenta el actual contexto peruano, en el cual la diversidad y la interculturalidad son ejes de reflexión y acción, apela al recurso de lo híbrido llevado al mismo objeto-soporte del mensaje artístico.

Para adentrarnos en el gesto social de la construcción artística y comprender su funcionamiento, así como los resultados esperados, tenemos que observar espacios, temas, enfoques y recursos.

En cuanto a los espacios. La calle se vuelve un espacio privilegiado: http://vimeo.com/channels/vidi/43592662

Graffiti, stencils, acciones, afiches, stikers, murales, son recursos frecuentes para llevar a la comunidad mensajes que son comentarios directos a las vivencias del momento.

Un ejemplo, la acción de Lalo Quiroz, “Se vende o alquila este local”.

Las galerías reciben obras no convencionales, fuera de la normatividad de la cultura oficial: graffiti, pop urbano, estética chicha, etc.

En cuanto a los temas. Un tema central es la memoria. Visitemos el Museo Virtual de Arte y Memoria, donde encontraremos obras de ADAP, Alfredo Márquez, Alfredo Villar, Ángel Valdez, Eduardo Tokeshi, Jesús Cossio, Jorge Miyagui, Juan Javier Salazar, Karen Bernedo, Lucho Rossell, Mauricio Delgado, Natalia Iguiñiz, Susana Torres y otros.

La definición de identidades, derechos y valores, pasa por la conciencia y la memoria. “Patrimonio, interculturalidad y ciudadanía” de Herbert Rodríguez, aporta las perspectivas de este enfoque.

Otro tema es la diversidad y la práctica de una dinámica intercultural abierta, de reconocimiento e intercambios de valores, lo que hace de la interculturalidad un tema central. La práctica de la interculturalidad depende de varios factores, lo que hace de estos temas específicos, proyectos y acciones artísticas.

Mencionaremos tres: La actitud del individuo, grupo o comunidad frente a la diversidad; el reconocimiento de la propia identidad; conciencia y valor de las influencias. Ingresemos en uno de los espacios que aborda estos aspectos: el Museo Travesti del Perú de Giuseppe Campuzano.

La problemática de la sexualidad implica la actualización de la dinámica intercultural, entre grupos de género, grupos de orientación sexual diversa, entre grupos de individuos sanos y grupos de individuos enfermos. Se trata de culturas que se generan a partir de una praxis de grupo, con toda la complejidad del fenómeno cultural: características, estructuras, dinámicas, recursos, valores, estilos de vida, reivindicaciones, tradiciones asumidas, imágenes de sí mismo y del otro (en singular y/o plural) y proyectos de realización.

En cuanto a los enfoques. El enfoque puede ser crítico, ahondando en los problemas, en sus causas; apelando a la atención y toma de posición por parte del observador; proponiendo soluciones. Una visita al Micromuseo aportaría una mayor comprensión de esta problemática.

El enfoque puede ser utópico, focalizando los deseos de individuos y grupos. Puede ser lúdico, haciendo uso de lo absurdo, la imaginación, la inventiva. Puede ser práctico, reinvindicando el carácter documental. Y puede articular enfoques, para un discurso más complejo, y más abierto ante la interpretación del público. Se producen así discursos–proyecto (enfoque mixto utópico–lúdico), donde una realidad imaginada y deseada se beneficia del juego de la imaginación. O discursos–misión, donde el enfoque crítico se proyecta necesariamente hacia la superación del problema, para alcanzar la situación deseada. El siguiente podría ser un ejemplo significativo: Karen Bernedo, la Asociación MamaQuilla y el vínculo con el Museo Itinerante Arte para la Memoria.

O discursos–exaltación (enfoque mixto lúdico–práctico), donde se juega con la realidad, confiriéndole una intensidad capaz de llamar la atención sobre ella, visibilizándola y valorándola positivamente. O, finalmente, discursos–información (enfoque mixto práctico–crítico), donde se representan realidades con una mirada crítica. Pero, en todos los casos, estamos hablando del enfoque de la realidad y de las huellas que deja en la vida individual y colectiva de la gente.

En cuanto a los recursos. Los recursos son amplios y diversos, actualizados en función de estrategias comunicativas. Pueden hacer que el lenguaje asuma una posición polémica:

LA KULTURA DE LA FE? O FE EN LA KULTURA?

O una creación en la intersección de varios lenguajes y visiones del mundo.

Puede apelar a ensamblajes mixtos o al lenguaje audiovisual.

Concluiremos que muchos de los proyectos de arte se relacionan explícita y voluntariamente con lo social, lo político, lo étnico, para no sólo representar sino también reformular nociones que son parte de estas esferas. La consecuente hibridación de la obra de arte, a nivel conceptual y formal, se sustentaría en una apropiación lúdica de discursos legitimados y hegemónicos para su re- planteamiento al margen de lo establecido, instalando así nuevas legitimaciones, simbólicas y festivas, con evidente intención comunicativa y formativa.

En este contexto, la identidad como fenómeno generador de sentidos y valores es un tema constante en el arte peruano, pero las maneras de abordarlo y tratarlo son muy diversas. Su importancia se sostiene en las consecuencias de los tantos encuentros de culturas que experimentó la historia peruana y su configuración es dinámica, en respuesta a las transformaciones que se dan continuamente. Pero, lo importante es que el diseño de la identidad se define paulatinamente como un acto de memoria y en lo siguiente, como un proyecto hacedor.

Alfredo Vanini

Colectivo C.h.o.l.o.

Finalmente, algunas lecturas que podían aportar sus conceptos a los debates que el tema de la acción social del arte podría tener:

GARCÍA CANCLINI, N. (1990). Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. México: Grijalbo.

MARTIN-BARBERO, J. (1989). Procesos de comunicación y matrices de cultura. Itinerario para salir de la razón dualista. Barcelona-México: Gustavo Gili.

RINCÓN, C. (1995). La no simultaneidad de lo simultáneo. Postmodernidad, globalización y culturas en América Latina. Bogotá: EUN Editorial.

Sobre la autora

Mihaela Radulescu. Docente universitaria en la Facultad de Arte de la PUCP y la Facultad de Letras de la UNMSM; curadora de arte, investigadora y autora de textos de semiótica del arte y la cultura. Es coordinadora del Programa de Titulación en Diseño Gráfico, directora de la Unidad de Investigación del Departamento de Arte, directora de la revista Memoria Gráfica y codirectora del grupo de investigación Absolutamente Gráfico.



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